
Cuando una muchacha cae al agua y se ahoga, se convierte automáticamente en Rusalka. Esta creencia fue común a todos los pueblos eslavos, aunque la imagen que se formó de esta divinidad de las aguas no fue la misma en todas partes, pues variaba según el clima y el color del cielo y de las aguas.
Aquí les presento a una descansando en un árbol. Dibujo de I. Bilibin
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