La muerte y el destino

Es curioso levantarse y haber soñado con la muerte. Me levanto y me pregunto ¿por qué habrá un gran espacio en nuestros sueños reservado para ese tema?
En el sueño que tuve ayer fue el siguiente: Me encontraba manejando por la parte más industrializada de la ciudad; y mi destino era incierto ya que recuerdo haber hecho algunas paradas en el camino a ciertas oficinas en donde veía personas que conversaban y trataban asuntos de negocios. Después llegué a una bodega que identifiqué como el lugar donde tabajo; ahí esaban algunos compañeros de trabajo, mi jefe y, también, para mi sorpresa algunos familiares; era una especie de fiesta con un toque del folclor mexicano que sólo se ve en ocasiones como el día de muertos o las posada. Recuerdo que todos estaban a la expectativa, estábamos esperando a alguien, así llegó un carro que encima llevaba un gran crucifijo que en lugar de un cristo había un esqueleto crucificado. Escuchaba algunos familiares que se referían que era el funeral de un conocido, de esta manera, comenzaron a cantar algunas canciones que no recuerdo muy bien, sin embargo, sí recuerdo que eran canciones graciosas y divertidas. También algunos familiares contaban algunos chistes o hacían bromas respecto al muerto.
Otra momento del sueño que recuerdo vagamente es que estaba preparándome unos cigarrillos de mariguana, tenía mi bolsa en un escritorio y derrepente llegó un compañero de trabajo; y en ese momento escondí la bolsa y los cigarrillos debajo de un asiento de automóvil. Ya son dos sueños en estas dos últimas semanas en donde hay alguna relación con sustancias que alteran la mente y que tengo una cierta devoción.